Por ahi me cuentan las lenguas viperinas que ultimamente Mr. Puercas anda con toda la actitud, pues un día que llegan sus empleados y ¡qué bombas atomicas ni qué la fregada!, que a los pobres les lloraban los ojos más que si hubieran picado 10 kilos de cebolla y eso era porque nomás todo apestaba a cloro, pero no se crean que cloro del bueno tipo Clorox o así, no, era cloro del gacho, de ese re corriente que cuesta 10 varos y deja todo apestoso, de ese que llega a oler tan fuerte que jiede a patas.
Ps si, de ése. Lo mejor de todo es que siempre pide la opinion a sus empleados, ¡que considerado! y pregunta: "¿Verdá de que huele a limpio?", a lo que ellos sólo contestan: ps si, (por compromiso) mientiendo con todos los dientes y rogando porque haya una ventanita por donde asomar la triste nariz.
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